En 1920 debutaba la selección
española en los Juegos Olímpicos de Amberes, una cita que suponía
la partida de nacimiento del combinado nacional. En aquella ocasión
el equipo español se colgó la medalla de plata. Ha pasado un siglo
de aquella primera gesta, y han sido muchísimos los futbolistas que,
con más o menos fortuna, han defendido la zamarra roja. Este once
que proponemos aquí es un once representativo de esos cien años, no
pretende ser ni un once definitivo, ni de los mejores jugadores de
todos los tiempos, es simplemente un ejercicio de memoria histórica
deportiva (tirando de memoria personal, hemerotecas, documentales y
lecturas varias), totalmente subjetivo (como no puede ser de otra
manera) y totalmente abierto al más sano de los debates.
Ricardo Zamora. Ninguno de los que
pululamos por las redes sociales vimos jugar al Divino, pero todos
sabemos de sobra quien fué. Pensar en Ricardo Zamora bajo palos en
un campo de tierra, nos lleva al origen, es realizar un viaje
romántico a la infancia del deporte rey, hablar de Ricardo Zamora,
es hacerlo de una leyenda con mayúsculas. Y es que además, Zamora
formó parte de aquella selección española que viajó hasta Amberes
para traerse a casa la medalla de plata. En 1934 fue el mejor
cancerbero del mundial celebrado de Italia.
Carles Puyol. Una fuerza de la
naturaleza, un auténtico titán que integró la línea defensiva
española durante cien partidos, además de ser el capitán del mejor
Barça de la historia. Comenzó como un rápido y dinámico lateral
derecho (si hubiese seguido jugando ahí habría sido el mejor de la
historia en ese puesto) para acabar convertido en un muro en el
centro de la zaga. Un líder dentro y fuera del campo, lucía galones
y dirigía desde la retaguardia. Para la historia la ruleta frente a
Ucrania en el mundial Alemania 2006 y el testarazo en la semifinal
ante Alemania que metía a España de cabeza en la final.
José Antonio Camacho. Bravísimo
lateral izquierdo, máximo exponente de la Furia Roja de princios de
los años '80. Disputó 81 partidos con la zamarra roja (un récord
en su momento) y le tocó disfrutar de la gloria (el 12 – 1 a Malta
o el subcampeonato de Europa) y también llorar el más amargo
fracaso (Mundial del 82). Camacho nunca destacó por su técnica, era
todo coraje y pundonor, un jugador de su tiempo, especialista en el
marcaje al hombre. Capitán del Real Madrid y de la Selección
Absoluta.
Jacinto Quincoces. En uno de los
mundiales más duros de la historia, el celebrado en el año 1934 en
la Italia fascista que había montado Benito Mussolini, Jacinto
Quincoces, fue el mejor de todos los defensores. En aquella
competición formó junto a Zamora y a Ciriaco la caja fuerte
española, que únicamente pudo ser tomada al asalto por la Squadra
Azzurra fascistizada. Un zaguero sobrio, capaz de despejes
acrobáticos, símbolo del futbol español en una época convulsa.
Fernando Hierro. Un futbolista
total, un todoterreno, capaz de jugar en el medio del campo mirando
la portería contraria o convertirse en el jefe de la zaga para
defender la propia. Visión de juego, pase largo, colocación,
potente disparo, remate de cabeza y olfato de gol, un jugador muy
completo que llegó a convertirse en el máximo goleador histórico
de la selección. Campeón de todo con el Real Madrid, fue un
imprescindible en las alineaciones de la selección a lo largo de los
años '90.
Xavi Hernández. Estamos ante el
futbolista perfecto, uno de los mejores centrocampistas de todos los
tiempos, uno de esos jugadores que hace mejores a sus compañeros,
con la extraña habilidad de hacer fácil lo difícil. Que no tenga
un Balón de Oro es una gran injusticia y una prueba más de que es
un premio que tiene más que ver con la publicidad que con el
deporte. Integrante y pieza fundamental en los grandes éxitos
recientes de la selección española, Xavi es la personificación del
fútbol.
Andrés Iniesta. Si Xavi es el
fútbol, el temple, el equilibrio y el orden, Iniesta es el
desequilibrio, la magia y la fantasía. Un jugador que parece
levitar, que se eleva por encima del resto de los jugadores y que
llega donde otros únicamente pueden soñar. El !Iniesta de mi
vida¡ ya forma parte de la cultura popular española.
Paco Gento. Dicen lo que lo vieron
jugar que no había una zurda como la suya. Rápido y vertical,
imparable cuando encaraba la portería o buscaba la línea de fondo.
Multicampeón de Europa con el Real Madrid, se convirtió en un icono
del fútbol español de los años '60, un tiempo en que el país
comenzaba cierta modernización social y económica (no así,
política). Aunque Gento participó en la fase de clasificación de
la Eurocopa de 1964, no llegó a disputar la final.
Luis Suárez. Hasta el día de hoy
único futbolista nacido en España en ser galardonado con un Balón
de Oro y el primer español en triunfar plenamente jugando en otra
liga. Tanto con el Barcelona como con el Inter se hartó de ganar
campeonatos. Luis Suarez fue, sin dura, el mejor futbolista de su
época, y en 1964 formó parte del equipo que derrotó en el Santiago
Bernabeu a la Unión Soviética en la final de la Eurocopa.
Telmo Zarra. Otra leyenda con
mayúsculas. Cuando pensamos en un ariete clásico, enseguida se
viene a la memoria Telmo Zarra, 20 goles en 20 partidos con la
selección. Uno de ellos antológico, aquel que anotó frente a
Inglaterra en el mundial de Brasil '50. Seis veces pichichi de la
liga española, durante seis décadas fue el máximo goleador
histórico con la selección. Figura y emblema del Athletic Club de
Bilbao, el Rey de Copas.
Emilio Butragueño. La transición
había culminado con éxito, el franquismo estaba derrotado, en los
bares se bailaba al son de la movida, pero desde el punto de vista
futbolístico, el país estaba doido por el papel de la selección en
su mundial, y entonces apareció él, Emilio Butragueño, un joven
madrileño que parecía que había aprendido a jugar en la playa de
Copacabana, y España comenzó a soñar con grandes gestas
deportivas. Su estrella se apagó pronto, demasiado pronto, pero
durante una decada (más o menos) fue el ojito derecho del fútbol
español y la envidia de Europa.
Faltan muchos, muchísimos
nombres, cada cual que ponga, quite, cambie al que considere
oportuno, esto no es más que un juego, y valdría aquello de No
están todos los que son, pero son todos los que están. Si
confeccionase esta once en otro momento, a lo mejor saldría un once
diferente, un once en el que tendrían cabida Ramallets, Iríbar,
Arkonada, Casillas, Sergio Ramos, Isacio Calleja, Ciriaco, Luis
Aragonés, Isidro Lángara, Luis Regueiro, Marcelino, Xabi Alonso,
Amancio Amaro, Pep Guardiola, Kiko Narváez, Eulogio Gárate, David
Villa, Enrique Castro “Quini”, Juan Señor, Rafael Gordillo, Juan
Gómez “Juanito, Michel, Carlos Santillana . . . y tantos otros que
forman parte de los cien años de historia de la Selección Española.