Una tarde del otoño de 1995 en Sevilla, una ciudad con arte, presentó sus credenciales un joven futbolista francés llamado a marcar una época .
Real Betis y Girondins de Burdeos disputaban una eliminatoria de la Copa UEFA. El mago Zidane se sacó de la chistera un auténtico golazo con una espectacular volea. El fútbol europeo de los '90 comenzaba a tener un nuevo adalid y Francia ponía los cimientos para dominar el fútbol mundial durante cuatro años.
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