Un ramillete de buenos peloteros
curtidos en mil batallas (Sarabia, Setién, Salva o Alzamendi)
apoyados por un grupo de jóvenes con hambre de fútbol (Aragón,
Cristobal, Pedro o Rosagro) hicieron vibrar a Las Gaunas en una
campaña histórica que dejó al CD Logroñés a las puertas de
Europa.
Luis Islas. El internacional
argentino fue titular indiscutible a lo largo de toda la temporada.
Cristobal Parralo. El joven
futbolista hizo suya la banda derecha. Sus actuaciones le auguraban
un gran futuro.
Pedro González. El Alter Ego de
Cristobal en la banda izquierda. Su disparo con la zurda era
demoledor. Tras esta temporada aterrizó en el Vicente Calderón.
Salva. El veterano defensor
encontró en Las Gaunas los minutos que no disfrutó en el Camp Nou.
Jefe absoluto de la defensa.
Herrero. El futbolista más
regular y con más minutos de la temporada. A pesar de desempeñarse
en el centro de la defensa nunca fue un jugador duro.
Nacho Martín. Un mito del CDL con
el que disputó más de 200 partidos. Alma Mater del club en el terreno de juego. Nadie ha vestido la zamarra rojiblanca tantas veces como él.
Quique Setién. Con sus goles, su
toque de balón e inteligencia se convirtió en una de las piezas que
hizo funcionar el engranaje del equipo.
Santiago Aragón. El bueno de
Santi llegó a La Rioja con ganas de demostrar a Toshack que tenían
un hueco en el Real Madrid. En el Logroñés comenzó su dilatada
carrera por la primera división española.
Manu Sarabia se encargó de
demostrar el certero adagio que reza aquello de los viejos rockeros
nunca mueren. Enlace perfecto entre la media y la delantera, y además
goleador.
Alzamendi. Campeón de todo con
River Plate e internacional absoluto con Uruguay, dejó en las Gaunas
constancia de su calidad y un buen puñado de goles.
Rosagro. Un proyecto de delantero
centro que marcó nueve goles esta temporada. Sin embargo no llegó a
explotar y nunca volvió a acercarse a estos registros goleadores.
López Pérez. Atento desde el
banquillo, López Pérez siempre estaba dispuesto a cubrir un hueco
en la defensa. Uno de los supervivientes del ascenso a Primera
División.
Juanjo Maqueda. Un comodín para
el centro del campo y para la defensa. Uno de los muchos futbolistas
criados en la Casa Blanca que aterrizó en Las Gaunas. Tuvo mala
suerte con las lesiones a lo largo de su carrera.
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