En
1945 cesaron los bombardeos. Cinco años después el balón volvía a
rodar a una nueva Copa del Mundo. El país más grande de América
del Sur, el más poblado y unas de las potencias económicas de la
región. La tierra de la samba, el carnaval, el sol, el fútbol en
la playa, el buen rollo, los zumos de fruta y a la alegría de vivir.
Si
existe un país en el globo que vive el fútbol con auténtica pasión
ese es Brasil, alcanzando, incluso, la consideración de auténtica
religión.
Ningún
país mejor para celebrar la primera Copa del Mundo después de la
Segunda Guerra Mundial. Vencedores y vencidos habían firmado los
acuerdos de paz, Europa comenzaba una larga y lenta recuperación, el
mundo empezaba a dividirse en dos bloques, el Comunista liderado por
la Unión Soviética y el Capitalista (u Occidental), dirigido por
los Estados Unidos. El fútbol, elevado a la categoría de Deporte
Rey, se proponía superar estas diferencias políticas y unir a los
pueblos del mundo en torno a un rectángulo de césped, dos porterías
y un balón.
Finalizada
la Segunda Guerra Mundial la FIFA se puso manos a la obra, pretendía
celebrar un mundial lo antes posible. Al tiempo que se fundaba la ONU
la FIFA quería resurgir de las cenizas de la guerra. En un primer
momento se planteó la opción de Suiza, un país neutral con una
economía boyante, pero el pequeño país no contaba con estadios
suficientes para tal evento.
El
mundial cruzaría el Océano y volvería al continente Americano.
Brasil esperaba con los brazos abiertos.
Brasil
se sabía superior, aquí el fútbol es otra cosa, aquí no importa
ni la táctica, ni el sistema de juego. Aquí lo esecial es el balón;
mimarlo, acariciarlo, conducirlo, dirigirlo, controlargo y disfrutar
con él. Mientras los defensores europeos y sudamericanos sufren, el
brasileño es feliz cuando lo tiene en su poder: gambetea, regatea,
chuta a puerta, inventa colas de vaca y bicicletas, hace malabarismos
con él y crea los remates más inverosímiles. Casi siempre los
defensores miran, y en todo caso, aplauden. El fútbol aquí es otra
cosa y todo Brasil estaba convencido de levantar la copa. Todo
absolutamente todo estaba preparado para ello.
Copa Jules Rimet.
Se
aprobó que el trofeo fuese rebautizado como Copa Jules Rimet para
conmemorar sus 25 años de presidencia en la FIFA.
Ottorino Barassi.
El
presidente de la Federación Italiana de Fútbol custodió y protegió
la Copa del Mundo durnte el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.
Según contó él mismo la tenía oculta debajo de su cama, dentro de
una caja de zapatos, para evitar que los soldados nazis la
encontrasen.
Sistema de competición.
En el
mundial de Brasil se puso en marcha un nuevo sistema de competición,
las eliminatorias directas estaban olvidades, y se volvía a una fase
de grupos. La sigunlaridad de este formato estribó en que no hubo ni
semifinales, ni final. El campeón se decidiría en una liguilla con
los cuatro campeones de cada uno de los grupos de la primera fase.
Las
sucesivas retiradas dejaron mermado el número de participantes, de
los dieciséis clasificados, comenzaron el campeonato trece. Lo más
destacado fue el regreso de Uruguay y el debut, por fin, de
Inglaterra.
Ausencias.
Escocia y
Turquía que había logrado el billete rehusaron a última hora. La
Unión Soviética ni siquiera se planteó la posibilidad de
participar en las eliminatorias de clasificación.
Argentina
se negó a participar, las relaciones entre Juan Domingo Perón y el
gobierno brasileño no atravesaban su mejor momento, y el dirigente
de la nación argentina prefirió no enviar a sus chicos. Una magnífica generación, con Pedernera y Labruna no pudieron demostrar al mundo su calidad.
La FIFA
vetó a Alemania y a Japón, las heridas de la contienda bélica aún
necesitaban más tiempo para cerrar y cicatrizar. Aunque no así a
Italia que puso acudir a Brasil a defender su corona, lograda hacía
doce años, los más oscuros y terribles de la historia de Europa.
India
aunque se clasificó para el mundial tampoco viajo a Brasil porque no
dejaban a sus futbolistas jugar descalzos. Esto cuenta la leyenda, la
falta de presupuesto para cubrir los gastos del viaje, es el
auténtico motivo de la ausencia del equipo asiático.
Sin
asiáticos, ni africanos, el mundial de Brasil se convirtió en una
competencia directa entre Europa y América.
Del uno al
once.
En este
mundial se utilizaron por primera vez en las historia los dorsales
para que el árbitro pudiese identificar a cada jugador.
Grupo 1. Brasil, Yugoslavia,
Suiza y México.
Un
empate contra Suiza obligó a Brasil a jugárse el todo por el todo
en el último partido con la siempre competitiva selección
yugoslava.
Jacques
Fatton, convertido en héroe tras marcar dos goles a Brasil.
Ademir y
Zizinho fueron los encargados de materializar los dos tantos con los
que Brasil pasaba a la liguilla final.
Para los
entendidos, y los que tuvieron la suerte de verlo jugar, Zizinho es
uno de los grandes del fútbol brasileño de todos los tiempos.
Grupo 2. Inglaterra, Chile,
España y Estados Unidos.
En
Brasil, y hasta el triunfo en Sudáfrica 2010, consiguió la
selección española su mejor resultado en una Copa del Mundo. España
venció sucesivamente a Estados Unidos, a Chile y a Inglaterra.
Un
entusiasmado Armando Muñoz Calero le comunció a Franco, jefe de
estado español, la victoria frente a Inglaterra con unas palabras
que levantarían ampollas: “Excelencia,
hemos vencido a la pérfida Albión”.
El
gol de Zarra.
España
intentaba olvidar la larga y triste posguerra, y el fútbol podía
seer una buena válvula de escape. Hasta el “Inista de mi vida”,
el gol de Telmo Zarra ante Inglaterra era el más trascendental de
España en los mundiales. La prensa franquista de la época vendió
el triunfo como si de una batalla se tratase, el fútbol patrio había
derrotado a la pérfida Albión, la de Isabel II y el corsario
Francis Drake, de los inventores de la leyenda negra española y los
que destruyeron a la Armada Invencible. Aquella misma Inglaterra
enemiga del fascismo y que había contribuido al aislamiento
internacional que sufría España. Aquella Inglaterra poderosa,
altiva y flemática era derrotada por unos humildes muchachos que
vestían la zamarra roja de la Furia Española.
España formó de la siguiente manera en el partido frente a Inglaterra; Ramallets, Gonzalvo III, Gabriel Alonso, Gonzalvo II y Puchades. Basora, Igoa, Zarra, Panizo, Gaínza y Parra.
España formó de la siguiente manera en el partido frente a Inglaterra; Ramallets, Gonzalvo III, Gabriel Alonso, Gonzalvo II y Puchades. Basora, Igoa, Zarra, Panizo, Gaínza y Parra.
El
guardameta Antoni Ramallets tocó techo en este mundial. En el
partido contra Chile se ganó el apodo de el Gato de Maracaná.
José
Parra era el jefe de la zaga española y un mito del RCD Espanyol. Fue uno de los centrales más destacados de este mundial.
Puchades
era el faro en el centro del campo español.
Piru
Gaínza capitaneó al equipo español frente a Inglaterra, su mejor
partido del campeonato.
Telmo
Zarra. Histórico goleador del Athletic Club de Bilbao. Protagonista
de una de las gestas más recordadas del fútbol español.
Decepción.
Los
inventores del fútbol se presentaron en Brasil con la idea de
demostrar al mundo todo su poderío, pero acabó convertida en la
mayor decepción del campeonato.
Billy
Wright era el capitán inglés y uno de los jugadores más
recordados del Wolverhampton Wanderers.
Stan
Mortensen era uno de los atacantes del combinado inglés. También
jugó con la selección de País de Gales.
Sin
embargo la estrella indiscutible de Inglaterra era el mítico Stanley
Matthews, aunque únicamente pudo disputar el partido frente a España
y no pudo hacer nada por evitar la derrota.
La selección de Estados Unidos fue uno de los bombazos del mundial al derrotar a los inventores del fútbol. Los ingleses tuvieron que volver a casa antes de tiempo con el rabo entre las piernas.
La película The Game of their lives recuerda la hazaña del equipo estadounidense.
La selección de Estados Unidos fue uno de los bombazos del mundial al derrotar a los inventores del fútbol. Los ingleses tuvieron que volver a casa antes de tiempo con el rabo entre las piernas.
La película The Game of their lives recuerda la hazaña del equipo estadounidense.
Joe
Gaetjens.
Estados
Unidos derrotó sorprendentemente a los inventores del fútbol. Joe
Gaetjens, un haitiano afincado en Estados Unidos fue el autor del
único gol del encuentro.
Convertido en un auténtico héroe del deporte norteamericano consiguió jugar algunas temporadas en Francia. Cuando colgó las botas volvió a Haití para seguir con su vida, pero el país había caído en las garras de la dictadura de François Duvalier. Joe Gaetjens fue detenido por la policía secreta desapareciendo para siempre. Lamentablemente un historia repetida mil veces.
Convertido en un auténtico héroe del deporte norteamericano consiguió jugar algunas temporadas en Francia. Cuando colgó las botas volvió a Haití para seguir con su vida, pero el país había caído en las garras de la dictadura de François Duvalier. Joe Gaetjens fue detenido por la policía secreta desapareciendo para siempre. Lamentablemente un historia repetida mil veces.
Jorge
Robledo, delantero chileno que jugaba en la Liga Inglesa, era el fútbolista clave en el equipo sudamericano. Para hacerse una idea de la dimenión de Jorge Robledo, lo mejor es leer lo que publicó la revista Gol a Gol en 1962 con motivo del mundial celebrado en Chile. "Jorge Robledo: Trajo a Chile un nuevo fútbol, el de choque, de penetración. Le dio vitaminas a las delanteras de varias selecciones y durante años fue el mejor jugador que teníamos en casa.Se retiró del fútbol cuando aún le quedaba mucho para seguir enseñando.Con su hermano Ted imprimieron al fútbol chileno tal fuerza, que nuestra escuadra nacional llegó a competir con los ‘grandes’ de igual a igual. Desafortunadamente la suerte fue adversa”.
Grupo 3. Italia, Suecia y
paraguay.
Con una
Italia sumida en una profunda depresión Paraguay y Suecia se jugaron
la clasificación. Suecos y Paraguayos empataron en el encuentro que
los enfrentó, pero mientras Suecia batía a Italia, los guaraníes
cayeron por 2 – 0 frente a los transalpinos.
En el
equipo sueco destacaban jóvenes jugadores que se habían colgado
la medalla de oro en los JJOO de 1948, Lennart Skoglund y Hasse
Jeppsson.
La
Italia más triste.
Italia
participó en este mundial sin muchas ganas, el motivo, el terrible
accidente aéreo que sufrió el Torino en 1949. En el accidente de
Superga perdieron la vida muchos de los jugadores habituales de la
selección italiana entre los que se encontraba Valentino Mazzola.
Grupo 4. Bolivia y Uruguay.
El
grupo 4, debido a las ausencias, quedó reducido a una eliminatoria
directa, en la que Uruguay goleo sin piedad, 8 – 0, a una débil
selección boliviana.
Óscar
Míguez consiguió una tripleta.
Liguilla Final.
Los días
9, 13 y 16 de Julio se jugaron los partidos de la fase final. Brasil
se paseó en los dos primeros goleando a Suecia (7 -1 ) y también a
España (6 -1). Uruguay solo pudo empatar su partido frente a España
(2 -2) y sufrió de lo lindo para derrotar a Suecia (3 -2). Llegados
a la última jornada sólo dos equipos tenían opciones de ganar la
copa, Brasil y Uruguay.
Suecia
medalla de bronce.
Suecia
venció a España en el último partido para ambos equipos por 3 –
1, consiguiendo el tercer puesto.
E. Nilsson, defensa izquierdo sueco, fue incluido en el equipo ideal del torneo. Con Suecia se había colgado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1948.
Charlas de
vestuario.
El
entrenador uruguayo Juan López Fontana decidió plantear una partido
ultradefensivo, con no perder por más de cuatro goles se conformaba,
y así se lo comunicó a su pupilos. Sin embargo, Obdulio Varela, era
de otra opinión. Cuando Fontana abandonó el vestuario, el capitán
charrúa dijo a sus compañeros que si jugaban a la defensiva
acabarían goleados como le pasó a Suecia y a España.
Los
futbolistas celestes se sentían amedrentados por el ambiente y
temerosos por el miedo escénico. De nuevo el gran capitán Varela
tomó la palabra: “ No piensen en toda esa gente, no miren para
arriba, el partido se juega abajo y si ganamos no va a pasar nada,
nunca pasó nada. Los de afuera son de palo y en el campo seremos
once para once. El partido se gana con los huevos en la punta de los
botines”.
Maracanazo.
Y
llego el gran día, la última jornada que debía encumbrar a Brasil
como mejor equipo del mundo. Un empate le otorgaba la copa Jules
Rimet al equipo anfitrión, pero los futbolistas brasileños no
salieron al campo a especular. Al comienzo de la segunda parte Friaca
ponía el 1 – 0 en el marcador y el júbilo se apoderó del
multitudinario público que rebosaba las gradas de Maracaná.
Obdulio
Varela, capitán uruguayo, se hizo con el control del partido,
bajando el ritmo de juego que perjudicaba claramente a su equipo. Con
una selección brasileña adormecida, Ghiggia se lanzó por la banda
derecha para poner un balón en el corazón del área, donde esperaba
Schiaffino para firmar las tablas.
Y
en el minuto '79, se hizo el silencio, Ghiggia hacía el 1 – 2.
Uruguay celebraba su segunda Copa del Mundo mientras un pueblo entero
lloraba su mala suerte.
“Sólo
tres personas en la historia ha conseguido hacer callar al Estadio
Maracaná: el Papa, Frank Sinatra y yo”, palabras de Ghiggia.
Una
obra arquitectónica colosal.
El
Estadio Jornalista Mário Filho, más conocido como Maracaná, en Río
de Janeiro. En su momento llegó a ser el más grande del mundo.
Construído e inaugurado para esta copa del mundo.
En
la actualidad sufre el abandono y el deterioro, es el recuerdo
material de dos fracasos deportivos. Aquí permanecen las lágrimas
de miles de brasileños.
Algunos
años después del Maracanazo la federación brasileña decició
cambiar el color de la equipación, abandonando el blanco tradicional
y adoptando el amarillo, color con el que se hizo mundialmente
conocida.
Alineación
de Uruguay: Varela, Tejera, Gambetta, González, Máspoli y Andrade.
Agachados, Ghiggia, Pérez, Míguez, Schiaffino y Morán.
José
Carlos Bauer jugaba en la línea defensiva brasileña.
Jair
se desenvolvía en el medio del campo brasileño.
Franciso Aramburu "Chico" era un delantero brasileño con facilidad para el gol.
Ademir,
goleador del campeonato con nueve tantos y estrella indiscutible del
momento.
Roberto Máspoli el cancerbero campeón del mundo.
Roberto Máspoli el cancerbero campeón del mundo.
Matías González, el león de Maracana, era uno de los
puntales de la defensa uruguaya campeona del mundo.
Juan Alberto Schiaffino era uno de los goleadores de Uruguay. También tomó parte del mundial siguiente, el celebrado en Suiza. Conocido como Pepe fue elegido mejor jugador del mundial.
Alcides Ghiggia, su gol en el
último partido dió la copa Jules Rimet a su país.
Obdulio Varela, el Negro, una
leyenda del fútbol uruguayo y el prototipo de capitán. Además de
su calidad como futbolista, gracias a su personalidad arrolladora,
podía marcar el tempo del partido.
El fútbol tiene la capacidad de
canalizar tanto la alegría como la frustración de un pueblo. Brasil
lo tenía todo preparado para echarse a la calle y dar rienda suelta
a toda la alegría contenida. Sin embargo, esta vez, tocaría llorar.
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